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Dicen que en la parte más alta de la catedral de Santa María del Fiore comenzó el renacimiento arquitectónico en Italia.
En esta obra se inspiraron más adelante artistas tan importantes como Leonardo Da Vinci, marcando un patrón que se considera esencial para la arquitectura del Renacimiento Italiano, y que podemos apreciar en muchos edificios religiosos de todo el país.
Hoy vamos a visitar la cúpula de Brunelleschi en el Duomo de Florencia.
La cúpula de Brunelleschi
La historia de la cúpula de Brunelleschi es la de un sueño hecho realidad. Para repasar la historia de uno de los monumentos más importantes para la arquitectura desde la época romana, primero debemos repasar la del lugar donde está construido: el Duomo de Santa María de Fiore.
Esta catedral fue una obra magnífica pensada por el arquitecto Arnolfo Di Cambio. Sin embargo, a principios del siglo XV se había detectado un problema, y es que la parte superior de la estructura no parecía que se pudiera terminar.
A pesar de ello, la construcción de la cúpula salió a concurso público, al que se presentaron más de 15 arquitectos. Entre ellos estaba Filippo Brunelleschi, que tenía una idea que parecía muy avanzada para su época, y por lo tanto un sueño que parecía irrealizable.
Gracias a la elaboración de unas maquetas en la misma plaza del Duomo de Florencia, que hicieron parecer la obra realizable, consiguió que se le adjudicara la construcción de la cúpula.
Lo hizo junto al arquitecto Lorenzo Ghiberti cuando las obras comenzaron en 1420. Sin embargo, los problemas entre los dos arquitectos hicieron que al final Ghiberti tuviera que abandonar la ejecución de la obra, lo que dejó a los mandos a Brunelleschi.
La obra terminó en el año 1436, cuando la cúpula recibió la bendición del papa Eugenio IV.
La linterna que se encuentra justo encima de la cúpula fue adjudicada también a Brunelleschi, aunque este no pudo verla terminada tras su muerte en el año 1446.
Por último, los frescos que encontramos en el interior de la cúpula, pintados por los artistas Giorgio Vasari y Federico Zuccari, se realizaron entre los años 1572 y 1579.
Los detalles de la cúpula Brunelleschi
Tanto la catedral de Florencia como la cúpula forman parte de la lista de Patrimonios de la Humanidad de la UNESCO, cuando se incluyeron junto al centro histórico de Florencia en el año 1982.
La cúpula cuenta con 8 paños ojivales que se unen en la base de la linterna gracias a su forma apuntada. La altura máxima de la cúpula, de 116 metros, con un diámetro de 46 metros, es lo más llamativo. Sobre todo porque en esa época no existía ninguna cúpula de este tamaño, y marcó un estilo que definiría las cúpulas de muchas catedrales e iglesias italianas en los años siguientes.
Por eso la cúpula de Brunelleschi está considerada como una de las obras arquitectónicas más importantes desde la época romana.
Otro de los datos llamativos es que, para llevar materiales a la cúpula, Brunelleschi también tuvo que idear sistemas de poleas conocidos como «las máquinas de Brunelleschi», que inspiraron a otros artistas renacentistas como el gran Leonardo Da Vinci.
Qué ver hoy en la cúpula de Brunelleschi
Visitar la cúpula de Brunelleschi es hoy posible pagando un suplemento con la entrada al Duomo de Santa María del Fiore. Tienes las opciones de entradas cúpula de Brunelleschi aquí. Merece mucho la pena.
En primer lugar, porque podremos admirar de cerca el fresco del Juicio Final, ideado por Giorgio Vasari y finalizado tras su muerte por Federico Zuccari. Los frescos se tuvieron que restaurar desde el año 1980 hasta el 1995, y verlos de cerca es conocer la historia del Concilio de Trento en los seis anillos en los que se divide la obra.
Subir hasta lo alto también se traduce en tener a Florencia a nuestros pies. Desde la cúpula de Brunelleschi podremos ver todo el centro histórico de Florencia a vista de pájaro, además de todo lo que rodea a la ciudad.
Para acceder a los miradores, tendremos que atravesar pequeños pasadizos de altas escaleras que nos harán retroceder casi 600 años en el tiempo, cuando Brunelleschi había terminado su gran obra. El mirador más conocido se encuentra en la base de la linterna, a más de 100 metros de altura sobre la ciudad.
Sin duda disfrutarás de la visita.